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Primer ascenso absoluto al Chimbote, 5.493 mts. Abril 2011

Un año después de nuestro fallido intento al Chimbote, con Waldo comenzamos a pensar en nuestro segundo intento, el que finalmente quedó para fines de marzo, pues yo había estado guiando ese verano en el sur y en marzo tenia un nuevo viaje al Ojos del Salado, lo que me permitiría llegar bien aclimatado.
Esta vez optamos por una estrategia distinta para intentar la cumbre, la que era aproximarnos a caballo por el paso de Las Pircas, pasar clandestinamente a Argentina y subir el Chimbote por la misma cara que el año anterior, solo que esta vez rapeleariamos a la cara sur para subir por ese lado hasta el torreón cumbrero.
Partimos a caballo (yo con cierto nerviosismo por el accidente de la última vez) por el valle del río Olivares hasta la Vega Honda, donde montamos el primer campamento. El día siguiente cruzamos el río Olivares y nos internamos en el cajón del estero Las Pirquitas, el que en algunos tramos era extremadamente pronunciado y los caballos pasaban apenas sin desbarrancarse. Pasado estas partes nerviosas, comenzamos a subir por un valle más ancho en dirección al paso Las Pircas. Suponiamos que había un sendero por donde los caballos podrían subir, pero a unos 4,500 metros el arriero nos dice que ya no puede subir más y que nos deja hasta aquí. Dicho esto, no nos quedó otra más que cargarnos las mochilas con más de 30 kilos de equipo de escalada y de campamento, comida y ropa para los 11 días que iba a durar la expedición. Esos 500 metros de desnivel fueron demoledores y llegamos al atardecer a los 5.000 metros del paso, el que al otro lado tenía un profundo valle que volvia a bajar a lo 3,800 metros, donde hicimos un campamento a orillas de un riachuelo.

Al día siguiente partimos en dirección al Chimbote (que ya lo teniamos frente a nosotros) pero esta vez teniamos que internarnos por el cajón que cae desde el Polleras y Chimbote, subiendo por un lecho de río seco, que al final del día nos dejo en la base del Chimbote. Aquí encontramos restos de antiguas expediciones que nos daban la razón de que en los intentos pasados llegaban a caballo hasta este lugar.
El cuarto día comenzamos a subir los mega acarreos para llegar a nuestro campo alto y base desde donde intentariamos la cumbre. Estos acarreos se ponian muy parados al punto que teniamos que gatear para poder subirlos. Finalmente llegamos al filo que nos iba a dejar en el campamento y pudimos ver el enorme glaciar que el año anterior habiamos bajado desde el portezuelo del Polleras-Polleritas. Llegamos al lugar de campamento, que era un pequeño plano de unos cuantos metros de diámetro en medio de una desolación de piedras. Por suerte en las tardes corria a unos 100 metros un pequeño arroyo donde podiamos abastecernos de agua. Armamos campamento y todo el día siguiente lo pasamos descansando y aclimatando para el intento de cumbre. Waldo pasó todos los días con un leve dolor de cabeza.

Así, el sexto día nos levantamos temprano, pero no tanto pues queriamos subir con algo de luz natural, ya que había poca nieve y tendriamos que escalar en roca sellada de 50º con las mochilas cargadas y con zapatos de montaña. Pasado este tramo que resultó del terror, con una escalada de más de un largo por unas regletas diminutas y una gran exposición llegamos al filo donde el año pasado habiamos escalado. Esta vez comenzamos a buscar justo donde termina el filo un lugar donde poder rapelear al otro lado de la montaña. Una vez abajo, hicimos 4 rapeles más por hielo hasta pasar por debajo de un filo de roca inexpugnable. Pasado este filo, comenzamos a escalar de vuelta lo que habiamos bajado por una pendiente de hielo glaciar de unos 60º con tramos de 70º. Cuatro largos y estabamos en la base del torreón de roca que nos llevaría a la cumbre. Aquí estabamos por fin optimistas, pues veiamos que no era dificl la escalada y solo serian unos tres a cuatro largos. Partí punteando el primer largo fácil por roca no tan mala, Waldo tomo la punta en el segundo largo por roca asquerosa pero fácil de escalar. Luego escalé una chimenea fácil de poca protección hasta que salí a una terraza desde donde aseguré a Waldo a la cintura pues no había donde hacer un anclaje. Aquí nos vimos que estabamos en un torreón de unos 4 metros de diámetro y que para seguir a la cumbre teniamos que desescalar unos tres metros, pasar al otro lado y escalar una dificil pared extraplomada de unos 40 metros medio sellada. Eso, y que el sol ya estaba escondiendose nos mató, vimos que era imposible llegar a la cumbre y que teniamos que desescalar esa chimenea con luz y tratar de buscar por donde rapelear en dirección a la carpa. Totalmente desilusionados por estar nuevamente tan cerca de la cumbre y tener que desistir comenzamos a bajar y a hacer los rapeles, que en total fueron 10, llegando a la carpa a las 7AM, 24 horas despues de haber salido.
Muy cansados física y mentalmente, ese día nos quedamos en la carpa y mandé un mensaje por el satelital que Camilo Rada de Expenews.com nos facilito (gracias Camilo!) con las malas nuevas. Ya estabamos decididos a bajar cuando un amigo, Felipe Gonzalez nos manda un menaje que le demos un nuevo intento, pues volver de nuevo era mucho más dificíl que hacer otro intento estando ya ahi. Lo hablamos con Waldo y decidimos hacerlo al día siguiente.

Así fue como esta vez partimos más temprano (ya sabiamos por donde meternos) y usando los mismos rapeles del intento anterior volvimos a hacer la misma ruta, solo que esta vez nos demoramos mucho menos y a las 3PM estabamos en el pilar de roca, donde ahora si tuve tiempo de buscar y pude montar un precario anclaje y descolgar a Waldo para que rodeara el último torreón y buscara algo mejor para subir a la cumbre. Pasados unos 15 minutos me grita que está en un buen lugar y hay una buena posibilidad por ese lado. Desarmé todo y partí a reunirme con el, que estaba en la base de una fisura media Off Widht de unos 35 metros por donde se podía subir. La roca era pésima y la protección no era mejor, pero la escalada era fácil así la puntie sin problema y armé un anclaje en unos bloques grandes desde donde se podía ver la cumbre. Recuperé a Waldo y lo dejé fijo al anclaje con suficiente cuerda para llegar a la cumbre, así que partimos los dos al mismo tiempo para llegar juntos. Así, el primero de abril de 2011 a las 6PM por fin llegabamos a la cumbre del Chimbote, un año después de que comenzaramos con la idea, un par de intentos, dos huesos rotos y mucho cansancio y tiempo invertidos. Estabamos súper felices, pues este era un casi un sueño, algo que muchos habian intentado pero que nadie había logrado. Pero todo lo que sube debe bajar y ya se estaba haciendo tarde por lo que después de las fotos y testimonio, comenzamos los rapeles de bajada, que para variar terminaron siendo de noche. Eso si, esta vez llegamos a la carpa a la 1.30AM.

Al día siguiente comenzaba lo peor, desarmar para empezar a volver por el mismo camino, bajar a 3,800 metros, y volver a subir el paso de Las Pircas a 5,000 metros, para bajar nuevamente al río Olivares y caminar a la bocatoma donde Claudia y Maya nos esperarían. Y esta vez sin caballos.

Route to summit

None

Obstacles

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Key gear

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